¿DE QUE HABLAN DOS AMIGOS YA MÁS CERCA DE LOS 40 QUE DE LOS 30? ¿QUÉ LES PREOCUPA? ¿QUÉ LES MOTIVA Y QÚE LES DISGUSTA?... LO CIERTO ES QUE SEGURAMENTE AMBOS ANDAN FALTOS DE TERAPIA, PERO COMO EL NÚMERO DE SESIONES NECESARIAS SUPONDRÍA UNA PEQUEÑA FORTUNA QUE NO TIENEN, HAN OPTADO POR UNA SOLUCIÓN MÁS ECONÓMICA. ¿EL RESULTADO?...DESCÚBRELO A CONTINUACIÓN

jueves, 24 de febrero de 2011

Asimov, da pequeños pasos

Otra vez , un jueves más consigo ponerme a escribir un poco delante de la pantalla.
Todavía no he conseguido arreglar ninguno de los ordenadores, pero se he arreglado un par de teléfonos, un despertador, y quizás aproveche el fin de semana, para probar la estación de soldadura que me he comprado para mi último hobby a ver cuanto me dura.
Mientras junto estas letras estoy escuchando por la radio, que si Gadafi ha muerto, que si son habladurías, al final los libios van a seguir igual de jodidos y nosotros más con lo que nos va a costar el combustible, menos mal que Fernández se está entrenando en la carrera pedestre y yo con la bicicleta, que sino a ver como llegábamos a fin de mes.

Tendríamos que hacer algo para evitar ">

martes, 22 de febrero de 2011

MEDIA MARATÓN CORAZÓN DE ASTURIAS

Si hace tres meses, alguien se me acerca y me dice que me voy a levantar un domingo a las 6:30, hacer luego 200 km en coche para acercarme a un pueblecito de Asturias y pasar la mañana corriendo alrededor de un aeródromo, le hubiera tratado de loco o de borracho.


Hoy sin embargo, me he levantado con una sensación que define muy bien una vieja expresión militar: “con la satisfacción del deber cumplido”, y se lo debo a haber encontrado algo que ha sido capaz de motivarme y exigirme día a día.Como digo, ayer domingo atravesaba las calles de mi ciudad de madrugada, cruzándome con aquellos que vuelven a casa después de un sábado noche de excesos, viéndome reflejado en muchos de ellos y reflexionando en como ha cambiado mi vida en unos pocos años. Allí estaban ellos, saliendo de esos garitos que a esas horas siguen abiertos de forma semi-clandestina, alguno aun copa en mano y medio descamisados, pareciendo no padecer el frío que realmente hacía. Enfrente yo, recién levantado y duchado, embutido en mi viejo chándal y con una gruesa sudadera, avanzando hacia el garaje de un amigo con el que había quedado para embarcarme en esta nueva aventura.


Después un viaje de dos horas en coche, donde las anécdotas y experiencias de los que ya han participado en este tipo de eventos te ayudan a ir situándote, a conocer un poco mejor donde te estas metiendo. También hablamos de futuros retos, a cual más difícil, quizás para que lo que vamos a hacer parezca más sencillo.


Cuando por fin llegas al pueblo donde se disputa la prueba, lo primero que te sorprende es el ambiente. Un municipio pequeño amaneciendo un domingo entre la neblina, que se va llenando poco a poco de personas de toda edad y condición, en su mayoría hombres pero también unas cuantas mujeres, algo desorientados y moviéndose al dictado de los grupos más numerosos, primero a la búsqueda de un sitio para aparcar, luego del lugar donde se hace entrega del dorsal, de la salida, una cafetería para tomar algo y hacer tiempo, o un sitio para cambiarse de ropa.


Conforme se acerca la hora del comienzo, la concentración de gente se hace mucho mayor en torno a la zona de salida. Cientos de personas, todos ataviados de forma peculiar, pero cada uno con su nota de color: una camiseta más llamativa, gorras peculiares, calcetines muy largos o los cordones de las zapatillas de colores chillones. Unos te parecen excesivamente abrigados y otros todo lo contrario, con pantalón corto y camisa de tirantes cuando la temperatura apenas supera los 10º.


La última tecnología también se deja ver, en forma de equipos portátiles de música, GPS, pulsómetros,… verdaderos ordenadores de muñeca al servicio de deportistas aficionados que los lucen con cierto orgullo, pero sin llegar a convertirse en ostentación.


Durante el calentamiento previo, una anarquía absoluta donde cada uno tiene su técnica (la gente corre arriba y abajo de las pancartas, hace estiramientos, esprinta y cuantas extrañas maniobras podáis imaginar) los novatos como yo tratamos de ubicarnos y comportarnos de forma similar al resto, como para que no parezca que eres “el nuevo”. Ya con los nervios de la salida, y al toque de silbato te vas colocando a la altura que crees se corresponde con tu nivel y esperas el disparo que marca el comienzo de la prueba.


La salida es un poco embarullada. Somos muchos y el ancho de la calle da para lo que da. Poco a poco la cosa se ordena, y empiezo a buscar a alguien que lleve un ritmo que me resulte cómodo. Me acoplo al grupo de la liebre del 1-50, que a priori es mucho mejor tiempo del que pensaba hacer, pero al paso por el kilómetro 2 tengo la sensación de ir demasiado lento, y avanzo un poco más.


Ahora me coloco junto a tres o cuatro corredores, poco más jóvenes que yo, y que corren a ritmo de 5 minutos 10 segundos el kilómetro (lo se porque uno de ellos nos lo va retransmitiendo gracias a su cronómetro-pulsómetro-altímetro-GPS de última generación, que cada poco le avisa mediante llamativos politonos). Con ellos voy avanzando primero a través de una carretera y después por las calles desiertas de un polígono industrial. Allí tenemos el primero de los avituallamientos. No tengo sed, pero como todo el mundo coge un botellín, también lo hago e intento dar algún trago. Casi me atraganto y por un momento pierdo la concentración en el paso y la respiración. Después de dos pequeños tragos más, tiro la botella en un contenedor que hay más adelante.


Km 7: Una vez fuera del polígono, encaramos un ligero falso llano, siempre un poco hacia arriba. Me encuentro bien, el cuerpo ha calentado y agradezco que el sol haya salido tímidamente, por lo que decido poner un poco más de ritmo. Allí delante se ve un grupo numeroso de veteranos, varios de ellos patrocinados por un constructor local. Amplío la zancada y me voy acercando. A la entrada de un pequeño pueblo les he dado alcance. Aflojo un poco y me doy un respiro a su ritmo. Se agradecen los aplausos de los curiosos que se agrupan en las aceras de la calle principal.


Km 9: Hemos salido del pueblo y encaramos una nueva pequeña subida hacía la zona de salida (corremos en un circuito al que hay que dar dos vueltas). No tengo la sensación de haber bajado el ritmo, pero me alcanzan los que había dejado atrás hace unos 2 km. Me pasan con una cierta facilidad, y me asusta un poco pensar que puedo pagar haberme puesto “gallito”. Pasamos por el segundo avituallamiento y vuelvo a tener problemas al querer beber un poco. De repente me quedo en tierra de nadie, un poco por detrás del grupillo que me antecede y sin nadie muy cerca por detrás. Decido no exigirme mucho porque todavía me queda la mitad.


Llegamos a la zona de salida-meta, y en el último repecho veo que delante de mi hay un chico con camiseta azul y auriculares que sube con alguna dificultad. Aprieto los dientes y le alcanzo al paso por meta. Decido que va a ser mi compañero de fatigas.


Km 13: Estamos en la zona de bajada (muy suave) y me dejo ir. Intento llevar un ritmo estable, pero el compañero que me he buscado no me resulta una buena referencia. Nos pasamos mutuamente varias veces, con lo cual alguno de los dos no sigue un ritmo continuo. Tengo la impresión de que no soy yo, pero tampoco estoy seguro. Empiezo a hacer cálculos mentales sobre la marca que puedo hacer. Parece que si mantengo el ritmo es fácil que baje de la hora y cincuenta y cinco minutos, que era mi primer objetivo.Después del acceso al polígono, la rampa con más pendiente del circuito, empiezo a notar las primeras molestias en la parte posterior del muslo. Además recuperar una respiración más estable me cuesta también más ahora. Paso por el siguiente avituallamiento y decido no coger agua. Seguramente este era el momento en el que si necesitaba haber bebido, pero como las anteriores no me ha ido bien, lo dejo pasar.


Km 16: Entro en la zona desconocida. Nunca he corrido ni tanto tiempo ni tanta distancia. A la salida del polígono empiezo a notar debilidad y me asusto un poco, porque todavía queda un buen rato. Las piernas ya no me empujan. Soy capaz de ir poniendo un pié detrás del otro, pero estoy seguro de que he bajado el ritmo de forma alarmante. Mi rival de la camiseta azul me lo confirma cuando me adelanta y me deja atrás con facilidad. Paso dos kilómetros malos, pensando solo en acabar y olvidándome del tiempo.


De repente, cuando entro en el pueblo y después de una calle con ligera bajada me encuentro mucho mejor y vuelvo a recuperar mi zancada. Allí delante está el chico de la camiseta azul que una vez más cuesta arriba tiene problemas, con lo que soy capaz de cogerle de nuevo.Ahora me envalentono, porque hemos pasado la pancarta de los 18 y solo quedan 3 kilómetros. Sin vaciarme del todo sigo a buen ritmo, recogiendo varios “cadáveres” y convencido que salvo accidente o tirón de última hora (nunca tengo problemas de este tipo entrenando) llegó seguro y en un tiempo más que aceptable. Tampoco recojo bebida en el último avituallamiento, “total solo queda 1 kilómetro”, pienso. Los gritos y aplausos de la gente, que aprovechando que tienes un dorsal personalizado te anima incluso por tu nombre, me relajan hasta el punto de que soy capaz de esbozar una sonrisa llegando a la zona de meta.


Solo queda la última recta. Pienso en esprintar, pero me da un poco de vergüenza. Además, veo el reloj bajo la pancarta y el tiempo me parece muy bueno, por lo que me conformo. Mis compañeros que ya han llegado hace un rato me dan el último empujón. En los últimos metros me rebasa una chica que había guardado un montón de energía para ese final, y después pienso que tenía que haberla disputado la llegada, pero en el fondo me da lo mismo. ¡He terminado! Objetivo cumplido.


Tras la meta te surten de bebidas y algo de comer, también recibes ese premio en forma de camiseta conmemorativa que luciré con orgullo cuando salga a entrenar próximamente. Es una estupenda forma de decir: “yo estuve allí y lo hice”.


Unos estiramientos, una ducha en el polideportivo municipal y el premio final de degustar una fabada en una sidrería asturiana antes de emprender viaje de vuelta. Cansado pero satisfecho, concluyo que ha sido todo un acierto volver a la senda del deporte en la manera que yo siempre lo concebí, como una forma de disfrutar y pasarlo bien, porque me gustaría hacer también mía la frase de un corredor anónimo que descubrí en un libro de Murakami: “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”.

jueves, 17 de febrero de 2011

Problemas con los ordenadores

Estimados amigos , un jueves más volví a fallar a mi cita con el blog, pero esta vez no ha sido por la dejadez que me caracteriza sino ha sido debido a que llevo una quincena luchando con mis portátiles, con los elementos electrónicos.
Ahora mismo tengo 5 en la habitación dónde os escribo y sólo uno funciona bien, es un Thinkpad del año 1999, que funciona bien, pero que sólo soporta el sistema operativo windows 98, y no tengo acceso a Internet con él.
Los demás ninguno funciona bien, el uno que no carga la batería, el otro que la bios no va bien, otro que arranca cuando quiere, y cuando lo hace las teclas ctrl y z no funcionan.Y el otro no le funciona la pantalla, le tengo totalmente destripado.
Por eso no pude acudir a la cita del pasado jueves, pero vamos que ya tengo la herramienta para ponerlos a tono a todos la semana que viene.

Gracias a los quebraderos de cabeza que me están dando he llegado a ver este vídeo reflexiones de "> Isaac Asimov, que espero que os gusten, tienen tiempo pero son actuales

miércoles, 9 de febrero de 2011

ALGO HUELE A PODRIDO EN EL SARDINERO

Hay cosas que desde el principio emanan un tufo a podrido que ni Dinamarca en tiempos del príncipe Hamlet. Con la misteriosa compra del Racing por parte del ¿multimillonario? indio afincado en Bahrein Ali Sayed circula hace semanas un olor de este tipo por la capital cántabra, y a Hernandez, que es un apasionado del futbol y especialmente del equipo santanderino se lo vengo advirtiendo. Para quien no la conozca la historia es más o menos así:

El Racing es un equipo (como la mayoría, por no decir todos) con problemas económicos. Para no remontarnos demasiado a tiempos pasados, y resumiendo solo los últimos tiempos: Los que hasta hace unos días eran los propietarios, una famila de constructores que hicieron fortuna en los años del pelotazo urbanístico, llegaron a la empresa (ya no hay club ahora es una Sociedad Anónima) de forma rocambolesca, recibieron un pastizal del gobierno regional y promesas para la ejecución de futuras obras públicas. Además, el gobierno regional se convirtió en el avalista de un crédito participativo que mantiene estrangulado al club hace tiempo. Por si fuera poco, mantienen una deuda con la hacienda pública de 15-16 millones de euros (se ve que no se lleva lo de pagar las cuotas a la seguridad social por unos sueldos millonarios) de la que había que hacer un pago inmediato de al menos 2 millones so pena de amenaza de disolución de la empresa.

Ante esta situación y dado que no hay un duro en las arcas (los jugadores no cobran hace ya un tiempo), salta la noticia de que hay un magnate de las finanzas que estaría interesado en comprar el Racing. Al principio se dice que este hombre es la cabeza visible de una familia india adinerada, cuyas empresas tienen base en el emirato de Bahrein. Se pone énfasis en que en este caso no es ni un jeque ni un charlatan como el inolvidable Piterman, sino un hombre de negocios, con una firma detrás con más de 100 años de antigüedad.

Poco a poco y dado que parece que las conversaciones van en buena dirección, se va conociendo más sobre este personaje. Entre otras cosas, un reportaje de investigación de la BBC sobre el tipo, que este verano intentó comprar el Blackburn Rovers y que salío por patas de Inglaterra después de que la cadena televisiva desvelara que en su anterior paso por el país, entre el 2001 y el 2005, se fue dejando pufos hasta en la cafetería de la esquina. La pagína web de su empresa, excepto un montón de fotos de un partido de polo, donde uno de los equipos es supuestamente patrocinado por su empresa y el aparece cual "mozito feliz" arrimando cebolleta a todo aquel que tiene pinta de emir del golfo pérsico, no hay más que tres o cuatro recortes de prensa, casi todos de pequeño tamaño y periódicos locales donde se habla de negocios de dicha empresa que no parecen terminar de concretarse en ningún caso. Para colmo, una entrevista con galeria de fotos en el periódico de más tirada regional, donde el tipo manifiesta cosas increibles como que se empezó a trabajar a los 16 y gano su primer millón a los 18 (¿En qué? ¿Cómo?), que se dedica a comprar empresas en dificultades, arreglarlas y venderlas por más valor (¿Cómo Richard Gere en Pretty Woman?) y que ve en el Racing una oportunidad de inversión. Añadir a esto que el tipo solicita un hangar para guardar su jet privado y que sin haber estado en su vida aquí ya pensaba en construirse una gran mansión en Santander.

Tras una serie de alucinantes negociaciones, con viajes, plantones, amenazas de ruptura de última hora, aparición de viejos socios y acreedores, aplazamientos por motivos tan dispares como roturas de motor del jet privado,…. Los antiguos propietarios, el consejero de economía del gobierno cántabro y el delegado de hacienda viajan a Suiza para concretar la firma de la compra del equipo. El gobierno da el visto bueno a la firma porque se supone que el nuevo propietario se hace cargo del aval del crédito (liberándose así a las arcas públicas) y que se ha presentado un aval de credit suisse (que nadie ha visto).

Desde entonces, despliegue de confeti (baño de multitudes, fotos con los políticos de turno, anuncio de fichajes que luego no llegan, destitución del entrenador, paseos con caravana de vehículos a lo presidente americano, ostentación en los mejores locales de la ciudad,…) acompañado de cosas extrañas como que este era un hombre superocupado que no podía venir nunca para negociar la compra, pero que ahora no se va ni con agua caliente, que no se ha pagado aun los 2 millones a hacienda (¿no había un plazo improrrogable a 31 de enero?), según Mr Ali porque el no quiere pagar a plazos, quiere pagarlo todo de golpe….., que el presidente del equipo sigue siendo el que era ¿?, y los antiguos propietarios siguen en el consejo de administración.

Cualquiera que haya visto un poco de cine de timadores (mira que no hay grandes películas del género) se da cuenta de que todo esto no puede ser más que una gran estafa, en la que está pringado hasta el apuntador. ¿A que se dedican los "periodistas" de esta región o los cientos de "periodistas" deportivos de este país que son incapaces de poner encima de la mesa que todo esto es una gran mentira? La cuestión es que faltaba por saber donde estaba el negocio, de donde pensaba sacar beneficio este hombre, y parece que ha faltado tiempo par aque se le empicen a ver las orejas al lobo.

Esta mañana la radio ha anunciado que Mr. Ali ha pasado a visitar al Alcalde de Santander, para presentarle un proyecto novedoso (el mismo que ya quisieron ejecutar los últimos tres propietarios del Racing) y reformar completamente el estadio (por cierto de propiedad municipal) creando un gran centro de ocio, con centro comercial, hotel, etc,….

En mi opinión (veremos en breve cuanto me equivoco), Mr. Ali solo es una gran cortina de humo, que a cambio de vivir como un jeque unas semanas o meses (tiene alquilada una planta entera del hotel real que ya veremos si paga o no), sirve como ariete para obligar al ayuntamiento a ceder en el proyecto del centro de ocio del sardinero, para que los de antes (que recuerdo no se han marchado) ejecuten el mismo. Ante la negativa previsible del Alcalde, tendremos amenazas de desaparición o traslado del equipo a otra ciudad, y recuerdo que estamos en plena pre-campaña para las elecciones locales y autonámicas.

Solo espero que esto no vuelva a costar dinero de todos, incluido el mio, que ya jode que te lo quiten todos los meses, pero más si uno sabe después que es para cosas y personajes como este.

jueves, 3 de febrero de 2011

El MALILLO y los Realizadores

Buenas noches;
Esta semana, voy a intentar escribir de algo intrascendente, como son las retransmisiones deportivas, a ellas también les ha llegado la crisis .
Empezamos que de hace una año para acá llevan menos cámaras, los realizadores deben de estar en practicas pues te dan imagenes del encuentro, pero no sé como lo hacen que siempre te cortan lo más interesante para darte la cara de un futbolista, por no decir que te dan las repeticiones a los 10 minutos y justo coincidiendo con jugadas de peligros.
El tema de la mayoría de comentaristas es casi peor, alguna vez por casualidades de la vida he podido ver partidos en la tele , con el sonido ambiente y eso hoy en día es un lujo, pues para lo que dicen ciertos comentaristas, como es el caso del Malillo que no creo que haya terminado una temporada entera cumpliendo objetivos, igual en LA Unión, pero de ahí en fuera no lo creo, tampoco lo sé.
Pero si quería comentar la bochornosa retransmisión del partido Hercules - Barça; ya sabemos que el Barça juega como los ángeles, aunque me repatee lo reconozco juegan muy bien, pero de ahí a que este sujeto me llene los altavoces de mi TV con su babeo por el juego del Barça, según él no se tendría que jugar ningún partido pues el Barça iba a ganar de calle, para eso que no se juegue la liga y que le den el trofeo ya.

Señor Lillo prefiero escuchar el sonido ambiente de un campo de futbol a escuchar las chorradas que dice , y no se acuerde del Brasil del 70, porque usted no lo vio jugar en directo, y por grabaciones no sirve.
Espero que las cadenas de televisión den las opciones de escuchar el sonido ambiente,
Aquí os dejo unas perlas del sujeto
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