¿DE QUE HABLAN DOS AMIGOS YA MÁS CERCA DE LOS 40 QUE DE LOS 30? ¿QUÉ LES PREOCUPA? ¿QUÉ LES MOTIVA Y QÚE LES DISGUSTA?... LO CIERTO ES QUE SEGURAMENTE AMBOS ANDAN FALTOS DE TERAPIA, PERO COMO EL NÚMERO DE SESIONES NECESARIAS SUPONDRÍA UNA PEQUEÑA FORTUNA QUE NO TIENEN, HAN OPTADO POR UNA SOLUCIÓN MÁS ECONÓMICA. ¿EL RESULTADO?...DESCÚBRELO A CONTINUACIÓN

sábado, 24 de noviembre de 2012

Más de año y medio después

Cómo decía esa canción de Presuntos Implicados , Cómo hemos cambiado , y tan sólo en 18 meses. Pues no, no hemos cambiado tanto ,pero hemos entrado en los cuarenta, el carácter le mantenemos igual , la situación laboral de cada uno, no es que sea mejor que hace año y medio, parece que el huracán Sandy haya pasado por nuestros puestos de trabajo, pero Fernández y yo haremos frente a ello como sabemos , como nos han enseñado educado,con esfuerzo y perseverancia, no en vano para un corredor de maratones como Fernández no le cabe otra que tener una mente preparada para soportar los límites físicos que le impone la carrera. Pues eso que después de unos meses de bluff, vamos a empezar con energías renovadas, y por lo menos yo, pienso volver a las entradas semanales, para dar mi punto de vista a la actualidad siempre buscando las noticias , más absurdas , bueno no absurdas, porque las absurdas son las cotidianas de la vida política . Pero es un tema que voy a intentar evitar tocar. Un saludo y espero que en esta nueva etapa, pueda sacaros aunque sea una sonrisa con mi perspectiva de las cosas

sábado, 9 de junio de 2012

AVE FENIX

Ufff...exáctamente un año sin pasarnos por aquí. Tanto Hernández como yo nos hemos perdido fuera del ciberespacio, y nos ha costado mucho encontrar el camino de vuelta. 

Y no es que no nos hayan pasado cosas (o que me hayan pasado, las suyas que las cuente Hernández) quizás en parte por eso, porque hay que saber priorizar las necesidades y repartir el tiempo disponible, el blog ha pasado este último año a segundo plano. O puede que sea un irremediable perezoso que no es capaz de dedicar unos minutos (aparte de las horas laborales diarias) a aporrear teclas con un mínimo sentido. 

Así que aquí estoy, cual ave fenix intentando resurgir de mis propias cenizas, autorescatarme de mis propias crisis, y aplicando una vez más un sarcasmo facilón para criticar aquello que pienso que debemos cambiar. Afortunadamente, en los últimos tiempos, material no ha faltado. 

Quiero empezar con un vídeo de alguien a quien Hernández no quiere ver ni en pintura (así le fuerzo a responder y ponerse las pilas, que no voy a tirar yo solo de este carro de ruedas oblongas). Por una vez el protagonista se pone serio y hace un discurso en toda regla:
  
La cosa viene a cuento por lo siguiente. últimamente he estado reflexionando (si, es una de las razones por las que no tengo tiempo para escribir en el blog) cuanto tienen que ver los ídolos de las nuevas generaciones con esa pérdida moral de la sociedad, y que que fue primero, la gallina o el huevo. 

Por motivos que no vienen cuento, el otro día volvía a mirar esta vieja foto que mostraba a los científicos más brillantes del momento (a nivel mundial)reunidos bajo el patrocinio de un poderoso industrial. En la foto aparecen 17 personas que habían recibido o recibieron más tarde el premio nobel. 

 

Los nombres de muchos de ellos siguen siendo conocidos, los hemos estudiado, y tuvieron una tremenda influencia en la sociedad de su tiempo, hasta el punto que modificaron la visión sobre el universo. Algunos de ellos fueron auténticos ídolos, iconos a los que los padres querían que sus hijos se parecieran, a los que miles de estudiantes quisieron parecerse,... La única mujer que aparece en la foto ha sido posiblemente el espejo en el que muchas de sus contemporáneas se mirarón en busca de un futuro mejor.

¿y ahora? ¿quienes son las personas que sustituirían a las de la foto en la actualidad? Estoy seguro de que habrá científicos igual o más importantes que los que vemos, pero no son conocidos, no sabemos nada de ellos, ni del trabajo que hacen. Los medios de comunicación no les dedican sus portadas, ni sus espeacios más destacados, si acaso un pequeño hueco en la sección especializada de turno, dedicada a las minorías.

Hace apenas unos días, 22 nóbeles han formado parte del jurado de unos premios científicos en Valencia. De dicha reunión apenas ha trascendido el apoyo que estas personas han dado a la investigación y su crítica al recorte de fondos que se ha propuesto por parte de nuestro gobierno. Tampoco sabemos quienes son esos nóbeles, a que se dedican o porque fueron galardonados. Lo mismo podemos decir de los premiados por ellos.

En este mundo en el que nos movemos, donde los medios de comunicación invaden hasta el último rincón de nuestros cerebros, solo quien cuente con el apoyo de estos puede llegar a convertirse en ídolo (persona o cosa amada o admirada con exaltación). ¿Quien decide pues quien se convierte en ídolo, y cuales son los criterios de elección?

Solo hay que ver la televisión un rato, o hacer un repaso a las noticias más leídas de cualquier diario digital, o las portadas de la prensa o las revistas. Los ídolos que nos han tocado en suerte, son incapaces de hacer la "o" con un canuto, pero visten fenomenal, bailan como los ángeles o le pegan patadas a una pelota como auténticos dioses del olimpo. Algunos ni siquiera eso, les basta con ser hijos de alguien o haberse triscado a cualquier otro/a. Eso si, como cualquier miss que se precie están a favor de la paz mundial y de terminar con el hambre en el áfrica subsahariana. Algunos incluso hasta participan activamente haciendo campaña al

Pero ninguno baja a las cloacas y se pringa de verdad, agarra un megáfono y les cuenta a los chavales del 15 M, o a los que protestan por los recortes en educación que es lo que hay que hacer para reconducir la situación, como podemos resurgir de nuestras cenizas. Por otra parte, quien a lo mejor esta en condiciones de poder hacerlo, es tan anónimo, tan desconocido, que nadie le prestará la atención que se merece.

y así nos va, o... ¿es por esto que hemos terminado así?

martes, 7 de junio de 2011

¡¡Corred, corred, malditos!!

Han pasado unas cuantas semanas desde mi último paso por aquí. La verdad es que he estado ocupado en algunas otras cosas. Entre ellas, el deporte en una de sus versiones más exigentes.

El domingo he completado una etapa de mi preparación con la carrera de 10 km de mi ciudad, y como no me parecía lo suficientemente dura, la corrí después de haberme acostado "tajado" apenas cuatro horas antes. Resultado lógico, desde el kilómetro 4 con calambres y medio cojo.

Ahora me he planteado un parón para recuperarme de esa lesión que arrastro desde hace dos meses, y que me impidió participar en esa salvajada que es el maratón de los 10.000 del soplao. Para muestra, unas imágenes que grabé del esfuerzo y sufrimiento de algunos de mis compañeros de fatigas, y que hace ya unos cuantos días que prometí al bueno de Hernández que colgaría.



domingo, 10 de abril de 2011

SENTIRSE VIVO

Un buen amigo se separa. Casado y con dos hijos ha decidido que no quiere seguir viviendo su actual vida. Al parecer ha conocido a otra mujer en el trabajo, se ha enamorado de ella y piensa hasta en casarse y volver a ser padre.


No era feliz. No le gustaba su vida. Con casi cuarenta años, una vida monótona, aburrida, sin ningún aliciente, necesitaba algo que le dijera que todavía respiraba. Por eso se ha buscado un lío, y por eso esta dispuesto a volver a cometer el mismo error una vez más (dejará de parecerle emocionante cuando una vez casado y con sus nuevos hijos la vida vuelva a ser monótona y aburrida)


Es mi amigo, y le comprendo mejor de lo que puede imaginar, por eso aunque en el fondo crea que no le irá bien, no seré yo quien le juzgue. Todos tenemos derecho a equivocarnos, sobretodo si esos errores nos mantienen vivos.

jueves, 24 de marzo de 2011

Semana Tonta

Estamos en la primera semana de la primavera, y como dice el refrán la primavera la sangre altera, pero más si lo único que ves y que palpas en el ambiente es una situación un tanto plomiza, de hastío tanto en lo económico, lo político y lo laboral.
Por lo que no he encontrado una canción que refleje mi estado de ánimo ,Pero lo que hay que hacer es tomárselo todo un poco en broma, pero inducir al "mal" es lo que intentan hacer los medios con nosotros que comulguemos con ruedas de molinos.
LA semana que viene, a ver si cambia un poco la cosa me toca el euromillón y cuelgo un vídeo en las seychelles,

jueves, 17 de marzo de 2011

Un recuerdo para Japón

Esta semana no tengo nada que decir pues el terremoto de Japón me ha dejado un poco tocado, y por eso cuelgo este video que he econtrado en la red, pues es un pueblo con una estoicidad digna de aprender de ellos


Y gracias por vuestra lección a la hora de afrontar las desgracias

jueves, 10 de marzo de 2011

Esos grandes compañeros de trabajo

Esta semana, no tengo muchas ganas de poner cuatro letras, pues se mes está haciendo muy larga la semana, porque en todos los trabajos siempre tienes la suerte de encontrarte ese gran tipo de compañeros que son los trepas, aunque los de la peor calaña son los que son una panda de vagos y se dedican a usar la ley del mínimo esfuerzo, y si encima se juntan con algún familiar de la gerencia ya no os digo nada más.
Para todos ellos y sobretodo para los que los sufren , se rían un rato con esta canción de Barón Rojo.

jueves, 3 de marzo de 2011

Tecnología Punta

Buenas tardes, esta semana esta la cosa que arde , ahora mismo estoy escribiendo esto a través de un cargador de baterías a base de hacerla girar.
Y porque hago esto, pues porque parece que estamos entrando en una era apocalíptica, como si hubiese habido un ataque nuclear, y ahora se vayan a acabar todos los recursos, pues no podemos ir a más de 110 km/h, porque nos acabamos las reservas de petróleo, yo creía que los que compran el petróleo para hacer el refino son las compañías petrolíferas, no el país.
También parece ser que al cambiar las ruedas por neumáticos nuevos se reduce el gasto en consumo de combustible.
Y la otra medida estrella es la colocación de la tecnología de leds para la iluminación de las calles y carreteras para aumentar la eficiencia energética.
Por eso creo que para ahorrar y ayudar a pasar esta crisis deberíamos todos usar el coche de estos
Así no gastaríamos combustible ni neumáticos.
EN cuanto a la iluminación en las calles , con antorchas, o a oscuras

Y por último os dejo estas frases de este gran científico, alguno sabe menos de las capacidades de la energía nuclear que

jueves, 24 de febrero de 2011

Asimov, da pequeños pasos

Otra vez , un jueves más consigo ponerme a escribir un poco delante de la pantalla.
Todavía no he conseguido arreglar ninguno de los ordenadores, pero se he arreglado un par de teléfonos, un despertador, y quizás aproveche el fin de semana, para probar la estación de soldadura que me he comprado para mi último hobby a ver cuanto me dura.
Mientras junto estas letras estoy escuchando por la radio, que si Gadafi ha muerto, que si son habladurías, al final los libios van a seguir igual de jodidos y nosotros más con lo que nos va a costar el combustible, menos mal que Fernández se está entrenando en la carrera pedestre y yo con la bicicleta, que sino a ver como llegábamos a fin de mes.

Tendríamos que hacer algo para evitar ">

martes, 22 de febrero de 2011

MEDIA MARATÓN CORAZÓN DE ASTURIAS

Si hace tres meses, alguien se me acerca y me dice que me voy a levantar un domingo a las 6:30, hacer luego 200 km en coche para acercarme a un pueblecito de Asturias y pasar la mañana corriendo alrededor de un aeródromo, le hubiera tratado de loco o de borracho.


Hoy sin embargo, me he levantado con una sensación que define muy bien una vieja expresión militar: “con la satisfacción del deber cumplido”, y se lo debo a haber encontrado algo que ha sido capaz de motivarme y exigirme día a día.Como digo, ayer domingo atravesaba las calles de mi ciudad de madrugada, cruzándome con aquellos que vuelven a casa después de un sábado noche de excesos, viéndome reflejado en muchos de ellos y reflexionando en como ha cambiado mi vida en unos pocos años. Allí estaban ellos, saliendo de esos garitos que a esas horas siguen abiertos de forma semi-clandestina, alguno aun copa en mano y medio descamisados, pareciendo no padecer el frío que realmente hacía. Enfrente yo, recién levantado y duchado, embutido en mi viejo chándal y con una gruesa sudadera, avanzando hacia el garaje de un amigo con el que había quedado para embarcarme en esta nueva aventura.


Después un viaje de dos horas en coche, donde las anécdotas y experiencias de los que ya han participado en este tipo de eventos te ayudan a ir situándote, a conocer un poco mejor donde te estas metiendo. También hablamos de futuros retos, a cual más difícil, quizás para que lo que vamos a hacer parezca más sencillo.


Cuando por fin llegas al pueblo donde se disputa la prueba, lo primero que te sorprende es el ambiente. Un municipio pequeño amaneciendo un domingo entre la neblina, que se va llenando poco a poco de personas de toda edad y condición, en su mayoría hombres pero también unas cuantas mujeres, algo desorientados y moviéndose al dictado de los grupos más numerosos, primero a la búsqueda de un sitio para aparcar, luego del lugar donde se hace entrega del dorsal, de la salida, una cafetería para tomar algo y hacer tiempo, o un sitio para cambiarse de ropa.


Conforme se acerca la hora del comienzo, la concentración de gente se hace mucho mayor en torno a la zona de salida. Cientos de personas, todos ataviados de forma peculiar, pero cada uno con su nota de color: una camiseta más llamativa, gorras peculiares, calcetines muy largos o los cordones de las zapatillas de colores chillones. Unos te parecen excesivamente abrigados y otros todo lo contrario, con pantalón corto y camisa de tirantes cuando la temperatura apenas supera los 10º.


La última tecnología también se deja ver, en forma de equipos portátiles de música, GPS, pulsómetros,… verdaderos ordenadores de muñeca al servicio de deportistas aficionados que los lucen con cierto orgullo, pero sin llegar a convertirse en ostentación.


Durante el calentamiento previo, una anarquía absoluta donde cada uno tiene su técnica (la gente corre arriba y abajo de las pancartas, hace estiramientos, esprinta y cuantas extrañas maniobras podáis imaginar) los novatos como yo tratamos de ubicarnos y comportarnos de forma similar al resto, como para que no parezca que eres “el nuevo”. Ya con los nervios de la salida, y al toque de silbato te vas colocando a la altura que crees se corresponde con tu nivel y esperas el disparo que marca el comienzo de la prueba.


La salida es un poco embarullada. Somos muchos y el ancho de la calle da para lo que da. Poco a poco la cosa se ordena, y empiezo a buscar a alguien que lleve un ritmo que me resulte cómodo. Me acoplo al grupo de la liebre del 1-50, que a priori es mucho mejor tiempo del que pensaba hacer, pero al paso por el kilómetro 2 tengo la sensación de ir demasiado lento, y avanzo un poco más.


Ahora me coloco junto a tres o cuatro corredores, poco más jóvenes que yo, y que corren a ritmo de 5 minutos 10 segundos el kilómetro (lo se porque uno de ellos nos lo va retransmitiendo gracias a su cronómetro-pulsómetro-altímetro-GPS de última generación, que cada poco le avisa mediante llamativos politonos). Con ellos voy avanzando primero a través de una carretera y después por las calles desiertas de un polígono industrial. Allí tenemos el primero de los avituallamientos. No tengo sed, pero como todo el mundo coge un botellín, también lo hago e intento dar algún trago. Casi me atraganto y por un momento pierdo la concentración en el paso y la respiración. Después de dos pequeños tragos más, tiro la botella en un contenedor que hay más adelante.


Km 7: Una vez fuera del polígono, encaramos un ligero falso llano, siempre un poco hacia arriba. Me encuentro bien, el cuerpo ha calentado y agradezco que el sol haya salido tímidamente, por lo que decido poner un poco más de ritmo. Allí delante se ve un grupo numeroso de veteranos, varios de ellos patrocinados por un constructor local. Amplío la zancada y me voy acercando. A la entrada de un pequeño pueblo les he dado alcance. Aflojo un poco y me doy un respiro a su ritmo. Se agradecen los aplausos de los curiosos que se agrupan en las aceras de la calle principal.


Km 9: Hemos salido del pueblo y encaramos una nueva pequeña subida hacía la zona de salida (corremos en un circuito al que hay que dar dos vueltas). No tengo la sensación de haber bajado el ritmo, pero me alcanzan los que había dejado atrás hace unos 2 km. Me pasan con una cierta facilidad, y me asusta un poco pensar que puedo pagar haberme puesto “gallito”. Pasamos por el segundo avituallamiento y vuelvo a tener problemas al querer beber un poco. De repente me quedo en tierra de nadie, un poco por detrás del grupillo que me antecede y sin nadie muy cerca por detrás. Decido no exigirme mucho porque todavía me queda la mitad.


Llegamos a la zona de salida-meta, y en el último repecho veo que delante de mi hay un chico con camiseta azul y auriculares que sube con alguna dificultad. Aprieto los dientes y le alcanzo al paso por meta. Decido que va a ser mi compañero de fatigas.


Km 13: Estamos en la zona de bajada (muy suave) y me dejo ir. Intento llevar un ritmo estable, pero el compañero que me he buscado no me resulta una buena referencia. Nos pasamos mutuamente varias veces, con lo cual alguno de los dos no sigue un ritmo continuo. Tengo la impresión de que no soy yo, pero tampoco estoy seguro. Empiezo a hacer cálculos mentales sobre la marca que puedo hacer. Parece que si mantengo el ritmo es fácil que baje de la hora y cincuenta y cinco minutos, que era mi primer objetivo.Después del acceso al polígono, la rampa con más pendiente del circuito, empiezo a notar las primeras molestias en la parte posterior del muslo. Además recuperar una respiración más estable me cuesta también más ahora. Paso por el siguiente avituallamiento y decido no coger agua. Seguramente este era el momento en el que si necesitaba haber bebido, pero como las anteriores no me ha ido bien, lo dejo pasar.


Km 16: Entro en la zona desconocida. Nunca he corrido ni tanto tiempo ni tanta distancia. A la salida del polígono empiezo a notar debilidad y me asusto un poco, porque todavía queda un buen rato. Las piernas ya no me empujan. Soy capaz de ir poniendo un pié detrás del otro, pero estoy seguro de que he bajado el ritmo de forma alarmante. Mi rival de la camiseta azul me lo confirma cuando me adelanta y me deja atrás con facilidad. Paso dos kilómetros malos, pensando solo en acabar y olvidándome del tiempo.


De repente, cuando entro en el pueblo y después de una calle con ligera bajada me encuentro mucho mejor y vuelvo a recuperar mi zancada. Allí delante está el chico de la camiseta azul que una vez más cuesta arriba tiene problemas, con lo que soy capaz de cogerle de nuevo.Ahora me envalentono, porque hemos pasado la pancarta de los 18 y solo quedan 3 kilómetros. Sin vaciarme del todo sigo a buen ritmo, recogiendo varios “cadáveres” y convencido que salvo accidente o tirón de última hora (nunca tengo problemas de este tipo entrenando) llegó seguro y en un tiempo más que aceptable. Tampoco recojo bebida en el último avituallamiento, “total solo queda 1 kilómetro”, pienso. Los gritos y aplausos de la gente, que aprovechando que tienes un dorsal personalizado te anima incluso por tu nombre, me relajan hasta el punto de que soy capaz de esbozar una sonrisa llegando a la zona de meta.


Solo queda la última recta. Pienso en esprintar, pero me da un poco de vergüenza. Además, veo el reloj bajo la pancarta y el tiempo me parece muy bueno, por lo que me conformo. Mis compañeros que ya han llegado hace un rato me dan el último empujón. En los últimos metros me rebasa una chica que había guardado un montón de energía para ese final, y después pienso que tenía que haberla disputado la llegada, pero en el fondo me da lo mismo. ¡He terminado! Objetivo cumplido.


Tras la meta te surten de bebidas y algo de comer, también recibes ese premio en forma de camiseta conmemorativa que luciré con orgullo cuando salga a entrenar próximamente. Es una estupenda forma de decir: “yo estuve allí y lo hice”.


Unos estiramientos, una ducha en el polideportivo municipal y el premio final de degustar una fabada en una sidrería asturiana antes de emprender viaje de vuelta. Cansado pero satisfecho, concluyo que ha sido todo un acierto volver a la senda del deporte en la manera que yo siempre lo concebí, como una forma de disfrutar y pasarlo bien, porque me gustaría hacer también mía la frase de un corredor anónimo que descubrí en un libro de Murakami: “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”.