Anoche volví a soñar con mi princesa azul. Bueno, en realidad no es princesa, ni viste de azul… en mi sueño una joven y lozana ministra (¿es muy sexista definir a una mujer como lozana?) se dirige a mi oficina a lomos de una Harley, enfundada en pantalones y chupa de cuero.

Monta en la burra, Ceniciento
Sube hasta mi planta sorteando los escalones de dos en dos y me enfunda una Dr. Martens en el pezuño izquierdo. No sin esfuerzo, pero….¡Encaja! ¡Yo soy tu ceniciento!
Llévame contigo a tu palacio (o ministerio) y dame un puesto a dedo. Yo puedo ser un buen Inspector de Igualdad, o tu hombre objeto al que lleves a todos tus actos y presentaciones. No te lo pienses y haz mis sueños realidad. Nuestra historia puede ser el guión perfecto para la próxima de Disney.
Dedicado a Bibi y sus ingeniosas ocurrencias. Se que nos sigue con pasión, y alguna idea la damos, pero recuerda que casi todo lo que se dice aquí es pura coña.
Hay que reconocer que los cuentecillos son sexistas hasta decir basta. Pero de ahí a prohibirlos en las escuelas me parece una mamarrachada.
ResponderEliminarno se... para mi quien ve sexismo en un cuento popular tiene la mirada un poco "sucia". Es como quien quiere ver a Epi y Blas como pareja homosexual. Serán cosas mías, tampoco soy capaz de encontrar sentido a la mayoría del arte abstracto, ni a la cocina de diseño y por lo visto tienen legiones de seguidores.
ResponderEliminar¿Ussia y yo pensando lo mismo?...realmente el país está en crisis. Asusta un poco, la verdad:
ResponderEliminarhttp://www.larazon.es/noticia/8073-los-cuentos-de-bibi